III
domingo de cuaresma
Vivir dentro de la misma
realidad no implica vivir la misma experiencia salvífica.
Cada cual acoge el Misterio
a su manera, y da su fruto…
Es difícil imaginar una
descripción del encuentro con el Misterio divino de una manera más gráfica e
impactante que esta que hacen los textos del tercer domingo de Cuaresma.
Escuchados en su conjunto invitan a replantearnos nuestra propia existencia
dentro del Misterio y nuestra historia como un recorrido en compañía que, no
obstante, es único y personal; como es única y personal la respuesta y el fruto
del encuentro vivido a cada paso del camino. Pero, a su vez, cada texto nos
sitúa de manera diferente ante ese peregrinar en la fe: ¿Quién es Dios, qué
nombre tiene esa Realidad para mí? ¿Cómo vivo los acontecimientos que
manifiestan su actuar en la historia? ¿Cómo distingo esos acontecimientos
dentro de los que provocan unas relaciones humanas, que con frecuencia nada
tiene de humanas y, por lo tanto, menos de divinas?… Un corazón ardiente ante
un Misterio aún más ardiente, una historia vivida en profundidad o de manera
superficial, una relación llena ternura y de paciencia insondables… ¡Hay tanto
que contar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar!