viernes, 15 de febrero de 2013

DE CAMINO HACIA LA PASCUA


                                 Trinidad Leon 15 de febrero de 2013 11:46
Como camino hacia la Pascua, la Cuaresma es el itinerario en el que nos despojamos de todos los ídolos que aparecen en nuestro horizonte, limitándonos la libertad y arrebatándonos la dignidad de sabernos, ser y actuar como verdaderos hijos e hijas de Dios. De nuevo nos encontramos ante la alternativa que inunda nuestro mundo (interior y exterior): ser libres, o vivir sometidos/as a la tentación de la idolatría, camuflada esta de todo tipo de degeneración en el ejercicio del poder, en las relaciones humanas, que bien podrían llamarse inhumanas, y de explotación inmisericorde de todo lo creado. No se trata solo de creer o no en un Dios único (que incluso en esa opción agnóstica u atea cabe mucho de honestidad personal), sino en el deseo empecinado de convertirnos en dioses y de convertir en ídolos cualquier realidad que podamos manejar a nuestra voluntad. Siento que, en verdad, solo el hombre y la mujer libres, libres incluso de las falacias religiosas, pueden llegar a confesar el Señorío de Dios en sus vidas, sin necesidad de grandes ofrendas y holocaustos ostentosos y, con frecuencia, hipócritas. Cuando hay armonía entre lo que dicen las palabras y lo que se vive desde de corazón, la persona es integra, justa; y se la conoce de lejos... tiene libertad para actuar y fuerza para afrontar toda situación de desierto y toda tentación. Jesús de Nazaret pasó por esto y nos mostró el camino. Que seamos capaces de seguirlo es otra cosa... El Espíritu está de por medio, claro, es el que impulsa a vivir en esas claves de adoración "con la boca y con el corazón

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