domingo, 25 de diciembre de 2011

MENSAJE URBI ET ORBI


BENEDICTO XVI
MENSAJE URBI ET ORBI
Navidad, 25 de diciembre de 2011

Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero
Cristo nos ha nacido. Gloria a Dios en el cielo, y paz a los hombres que él ama. Que llegue a todos el eco del anuncio de Belén, que la Iglesia católica hace resonar en todos los continentes, más allá de todo confín de nacionalidad, lengua y cultura. El Hijo de la Virgen María ha nacido para todos, es el Salvador de todos.
Así lo invoca una antigua antífona litúrgica: «Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro». Veni ad salvandum nos. Este es el clamor del hombre de todos los tiempos, que siente no saber superar por sí solo las dificultades y peligros. Que necesita poner su mano en otra más grande y fuerte, una mano tendida hacia él desde lo alto. Queridos hermanos y hermanas, esta mano es Cristo, nacido en Belén de la Virgen María. Él es la mano que Dios ha tendido a la humanidad, para hacerla salir de las arenas movedizas del pecado y ponerla en pie sobre la roca, la roca firme de su verdad y de su amor (cf. Sal 40,3).

http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/urbi/documents/hf_ben-xvi_mes_20111225_urbi_sp.html

viernes, 23 de diciembre de 2011

CONVIVENCIA VOCACIONAL EN RIOJA-PERU



Del 16 al 18 de diciembre realizaron una convivencia vocacional en la comunidad de Rioja, Perú, con la participación de jóvenes de los colegios y comunidades vecinas. En el mismo se les invita a mirar a Jesús de una manera especial en este tiempo de Navidad y se les invita  a preguntarse qué quiere Dios de ellas. Estas convivencias son una plataforma para seguir acompañando a estas jóvenes y otras que quieran acoger la llamada, en el discernimiento de vocaciones. Las hermanas de las comunidades se empeñan en acoger, orientar y acompañar a estas jóvenes. Las demás las acompañamos con nuestras oraciones.

sábado, 17 de diciembre de 2011

IV DOMINGO DE ADVIENTO


 EL QUE NACERÁ SE LLAMARÁ HIJO DEL ALTÍSIMO
       En este cuarto domingo del adviento, María constituye el personaje central del Evangelio. Es María y su sí a Dios, lo que constituyen la puerta de entrada del Hijo Eterno de  Dios y el inicio de una nueva posibilidad para el género humano.
Dos invitaciones recibe María de parte del Ángel : alégrate, que en otra palabra puede significar, eres feliz, eres dichosa, que es la aspiración de todo ser humano, la alegría plena, de la felicidad.  A Maria se le revela en plenitud la fuente de la verdadera alegría, es DIOS mismo quien la envuelve con su misterio y con su amor, esta certeza hace que escuche la segunda invitación: no temas, el Dios de la misericordia viene en persona, el Dios que conoce María a través de las profecías, se hace accesible, se le pone al alcance de las manos, se hace pequeño.
     Pero este mismo Dios, frágil, pequeño, pobre, es fuente de fortaleza, es digno de confianza y espera y recibe de Maria una respuesta de fe.  María la pobre de Nazaret, en su pequeñez se siente grade, en su simplicidad, se siente privilegiada, en su debilidad, se siete fuerte. Es el todopoderoso el que se ha abajado para hacer que el pobre viva en la esperanza de un futuro, en donde otro mundo sea posible, en donde al pobre se le anuncia la buena noticia. María en solidaridad con los pobres de la tierra, y en obediencia a su Señor dice: He aquí la esclava del Señor que se haga en mi según has dicho.
   Y desde ese momento, todos podemos confiar, esperar, creer y obedecer.

sábado, 10 de diciembre de 2011


          Nos encontramos en la tercera parte del tiempo de adviento y a éste tercer domingo de Adviento se le denomina el domingo de la alegría. La espera propia de este tiempo nace de la fe y la certeza de que quien viene ( El Señor) trae una buena noticia, trae con El  su salario como nos dice el salmo. La primera lectura del profeta Isaías hace una descripción de la razón principal por la que un creyente y de una manera especial todo creyente que vive en una condición dramática, puede tener razones para alegrarse. El profeta, el enviado, el ungido, por la fuerza  del Espíritu Santo tiene poder para cambiar la realidad de todo ser humano. El ungido de Iahvé, Jesús, trae una  buena noticia a los que sufren, viene para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Todo hombre y toda mujer puede encontrar en este anuncio una razón para esperar, para vivir y para ser feliz. Porque Dios no se olvida del pobre, ha enviado a su ungido, y nos trae la mejor noticia, la verdadera libertad de los hijos de Dios.
         San Pablo en su carta también nos recuerda que una condición del cristiano es la alegría, porque tenemos el mejor regalo al que se puede aspirar, el cumplimiento de la promesa de Dios en Jesucristo. Sin embargo, también nos recuerda San Pablo, que la alegría verdadera es posible cuando mantenemos nuestro corazón unido al de Dios Padre, en Cristo Jesús, por medio de su Espíritu. La oración, la alabanza, la acción de gracias y la fidelidad a Dios, son la garantía para experimentar la paz que viene de Dios. El Espíritu nos provee de la gracia necesaria para mantener nuestra mente y nuestro corazón en comunión activa y alerta en aquel que es fiel por mil generaciones.






domingo, 4 de diciembre de 2011

RETIRO DE ASPIRANTES

A EJEMPLO DE MARÍA, QUEREMOS SER DISCÍPULAS DE JESÚS
 

Las jóvenes aspirantes Marisa, Yerlissa, Gisell, Ilma, Eugenia y Maribel, participaron en los Ejercicios Espirituales para aspirantes, organizado por la CONFER. Fueron unos días muy ricos, intensos, de encuentro con Jesús en el silencio y soledad, quien nos ha llamado por nuestro nombre para seguirlo.

sábado, 3 de diciembre de 2011

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

EVANGELIO DEL SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

La palabra de Dios de este domingo nos presenta una de las imágenes más conmovedoras de Dios. El Dios de Jesucristo, es el Dios misericordioso, el Dios que se conmueve ante el dolor de la humanidad y se empeña en enviar mensajeros. Un mensajero es alguien que trae de parte de otro una noticia. En nuestro caso, el mensaje, la noticia es la buena noticia de la salvación. Dios ha pagado nuestra deuda en la persona de Jesús. En el libro del profeta Isaías Dios se nos presenta también como el pastor, el buen pastor que reúne, acoge, a las ovejas. Es el Dios entrañable a quien no le es indiferente el destino de la humanidad. Pero es también el Dios leal, justo y veraz; el que no esconde la realidad de desierto que implica la acogida de la salvación. Desierto y tierra prometida no se oponen, gozo en la espera y esfuerzo cotidiano, son parte de la misma dinámica de salvación que viene den Dios que no perdonó a su propio Hijo, sino que no envía en carne humana para hacerse caminante con el ser humano que sufre, espera y camina.

El desierto es también lugar de purificación, desprendimiento de todo lo que no es imprescindible, optar por todo lo que hace más ligero el camino hacia el encuentro de Dios, hacia el encuentro de prójimo y hacia el encuentro del Reino. Por eso la invitación que nos hace Juan el Bautista a la conversión, es condición indispensable para acoger al Verbo que se encarna y se hace nuestro compañero de camino.