viernes, 24 de febrero de 2012

Cuaresma: cuarenta días con los últimos

Una iniciativa de campaña contra el hambre que debemos acompañar con nuestras oraciones y si es posible con nuestro compromiso para compartir nuestro pan con el hambriento.
HOY CON...

YIBUTI  EL DERECHO A LA VIDA

Derecho al agua potable y al saneamiento

“No tenemos agua corriente y tengo que ir a comprar bidones de agua a un alto precio a 100 metros de aquí”, explica Aïcha. “Economizamos mucho el agua, nos lavamos muy poco y no puedo fregar los platos, ni lavar la ropa o limpiar la casa”. El precio del agua en la calle es hasta 12 veces más cara que la de la red de agua de la ciudad, un precio inaccesible para los más pobres. En estos barrios, poblados recientemente por personas que han abandonado el campo o vienen de países vecinos, la red de agua no llega para adaptarse al total de la población. Ante esta situación, Acción contra el Hambre está instalando puntos de distribución de agua potable en estos barrios con menos recursos. Las enfermedades relacionadas con el agua son numerosas en el barrio donde viven, dadas las pobres condiciones higiénicas: no hay agua corriente ni letrinas.
En el barrio de Balbala, situado en la periferia de Yibuti, donde muchos ganaderos han vuelto a la ciudad tras perder su ganado y viven junto a la población que ha emigrado de Somalia o Etiopía, apenas cuentan con agua corriente, electricidad, o saneamiento. “Aquí, cada día nos encontramos con nuevos casos de niños menores de cinco años que sufren desnutrición”, afirma Haraksan, uno de los nutricionistas de Acción contra el Hambre. Porque aproximadamente 884 millones de personas carecen de acceso al agua potable y más de 2.600 millones de personas no tienen acceso al saneamiento básico.

DEL DERECHO AL HECHO
El agua es un lujo para 1.100 millones de personas. El 40% de la humanidad tiene problemas de acceso a ella. Una de cada 6 personas no dispone de agua potable para vivir. Las mujeres son las más perjudicadas, al tener que caminar largas distancias en su búsqueda. Llena una jarra de agua y déjala en un lugar donde todos puedan beber. Durante el resto de la cuaresma encárgate de que nunca se quede vacía. Cada vez que la rellenes sé consciente del regalo que supone.

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