Hoy celebramos la fiesta de San Juan Bosco, que dedicó toda su vida al trabajo de rescate de la juventud de su tiempo. En algunos países constituye el Patrón de la juventud y este día es declarado como dia nacional de la juventud. San Juan Bosco no sólo se conoce como el defensar, padre y maestro de los jóvenes por lo que hizo por ellos, sin y sobre todo por su ejemplo de santidad y entrega generosa por la causa del Evegelio desde muy temprana edad.
La llamada del papa a educar a los jóvenes en la justicia, la paz, la verdad y la solidaridad, encuentran en este santo un buen motivador e iluminador y estamos seguros que también un buen intercesor. Que San Juan Bosco interceda por todos los jóvenes: por los que buscan un sentido a la vida desde encuentro con Jesucrito, por los que andan en búsqueda, pero les falta coraje para ver en Jesús la luz que ilumina la ruta, por los que buscan un mundo diferente desde otra fe, desde otras instancias políticas o culturales, para todos ellos, que el sentido de la vida, de la paz y de la solidaridad, sea un horizonte común que les una y se convieta en fuerza transformadora y alimento de la esperanza en el mundo que anhelamos.
BIOGRAFIA
Juanito Bosco nació el 16 de agosto de 1815, en un pequeño caserío de Castelnuovo D’Asti, en el Piamonte, llamado popularmente “I Becchi”.
Siendo todavía niño, la muerte de su padre le hizo experimentar el dolor de tantos pobres huerfanitos de los que se hará padre cariñoso. Pero encontró en su madre Margarita un ejemplo de vida cristiana que incidió profundamente en su ánimo.
A los nueve años tuvo un sueño profético: le pareció estar en medio de una multitud de muchachos entregados a sus juegos, pero algunos de ellos blasfemaban. Rápidamente Juanito se arrojó sobre los que blasfemaban, con sus puños y a patadas para hacerlos callar; pero he aquí que se presenta un Personaje que le dice: “No con golpes, sino con la mansedumbre y con la caridad deberás ganarte a estos tus amigos.. Yo te daré la Maestra bajo cuya disciplina llegarás a ser sabio; y sin la cual, toda sabiduría se convierte en necedad”. El Personaje era Jesús y la Maestra María Santísima, a cuya guía se abandonó toda la vida y la honró con el título de “Auxiliadora de los cristianos”.
Así fue como Juan quiso aprender a ser saltimbanqui, prestidigitador, cantor, titiritero, para poder atraerse a los compañeros y mantenerlos alejados del pecado. “Si están conmigo, decía a su mamá, no hablan mal”.