domingo, 21 de agosto de 2011

Vigilia en Cuatro Vientos y Eucaristia de envío




Llegamos a la tan esperada Vigilia en Cuatro Vientos (aeródromo en Madrid), donde una gran explanada, con un impresionante escenario, fue el gran templo que acogió a todos los peregrinos que desde muy tempranas horas, se aproximaron al lugar con sus delegaciones.
Nuestro grupo mercedario peregrinante, también se hizo presente. Partimos desde el Colegio Nuestra Señora de las Mercedes, que ha sido nuestro hogar en estos días, hacia “Cuatro Vientos”, la marcha estuvo marcada por el entusiasmo y la expectación  de lo que allí podríamos encontrar. En primer lugar la alegría de hallarnos con tantos pueblos y desde luego, con nuestros propios países, fue una nota muy particular. La espera de la llegada de nuestro Papa Benedicto XVI, provocó un ambiente muy entusiasta, donde se repetían consignas y se bailaba al ritmo del himno de esta jornada, mientras desde las grandes pantallas, seguíamos la ruta del papamóvil.
Una vez, llegado el Papa, las banderas y los aplausos no se hicieron esperar. Los peregrinos puestos en pie, recibieron nuevamente al Papa, quien presidió la vigilia. La misma estuvo orientada hacia la adoración de Jesús Eucaristía. Y como es de su conocimiento, recibimos las inclemencias del tiempo con una lluvia acompañada de una fuerte brisa. Pero lo grande de este momento inesperado ha sido la respuesta juvenil, las delegaciones permanecieron en sus puestos con la misma alegría, fervor y entusiasmo que al inicio de la vigilia, definitivamente la juventud es desafiante ante lo que cree y quiere. Fue una grande muestra de amor hacia Jesucristo, como de igual modo de cariño y adhesión al Papa, quien elogió y agradeció la decisión de los jóvenes de permanecer.
Y en ese clima de entusiasmo juvenil y adoración, fueron pasando las horas hasta que nos alcanzó el día del Señor, el Domingo, y así lo recibimos, mientras nos incorporábamos, se nos hacia vivir ese momento de nacer con el Resucitado nuevamente a la vida, por eso seguidamente, como una gran asamblea rezamos los salmos de laudes.
Nuevamente, pasado este momento, se inició la expectación por la espera de nuestro Papa Benedicto XVI para la celebración de la eucaristía. La misma fue enmarcada dentro de un contexto de envío, aquí no ha terminado la JMJ, se inicia el tiempo de vivir el discipulado, el anuncio de la persona de Cristo, sin temor, porque estamos “Arraigados y firmes en la fe”. En este dinamismo el Papa impuso el crucifijo a jóvenes de varios países con el compromiso de ser portadores de la Buena Noticia que han experimentado en sus vidas, Jesucristo.
Y el último momento de emoción lo recibimos con el anuncio del lugar donde se celebrará la próxima JMJ, en Río de Janeiro, anuncio que fue fuertemente ovacionado por todos, pero de manera particular por las delegaciones de Brasil, que sin lugar a duda, era una de las más numerosas. A un pequeño grupo de jóvenes de Brasil, el Papa les entregó la Cruz Peregrina para dar continuidad a lo vivido y a su vez ir preparando el próximo encuentro de la JUVENTUD UNIVERSAL.

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