LosGrupos de la
Mercedestán concebidos para acompañar a los alumnos desde
que reciben la Primera Comunión hasta que inician los cursos preparatorios del
Sacramento de la Confirmación.
El
objetivo es experimentar merced a través de actividades semanales y la
organización de dos actividades conjuntas en Navidad y fin de curso, para que
mayores y pequeños convivan y se enriquezcan como familia multicolor mercedaria
que somos.
Así
pues, todos los monitores de manera voluntaria, ponen su empeño por crear en
los niños la fuerza de la Fe a través de su propia vivencia como parte de la
Comunidad de Hermanas Mercedarias de la Caridad, con todo lo que de ellas
aprendieron.
Los
valores que inculcamos son aquellos que encarnaba María de las Mercedes: ternura,
paciencia, esperanza, solidaridad, humildad, justicia y amor. Dentro de la
sociedad en la que vivimos se hace cada día más importante este aprendizaje ,
un aprendizaje desde la vida, en la vida y para la vida, que para nuestros
jóvenes se hace cada día más incierto.
Para
todo ello, nos servimos de un lema, un carisma y sin perder el objetivo de una
misión .
En
nuestro colegio, todas estas actividades tienen muy buena acogida por las
familias y por los propios alumnos.Esta foto representa el fruto del compromiso
que la titularidad, educadores y alumnos asumen cada curso escolar con ilusión
renovada.
Hemos celebrado la Jornada mundial por las vocaciones en la comunidad de Moyobamba, con un grupovocacional
muy lindo que tenemos. Son 9 jóvenes. Tres que ya han terminado 5º año
de secundaria, están viviendo en el internado y vienen a compartir en
la comunidad, las preparamos las hermanas con temas de oración, historia
de la Congregación, espiritualidad y otros. Están estudiando
informática y son de Pacayzapa y Lahuarpía, pueblos cercanos a la ciudad. Las otras 6 son internas de 5ºaño.
Son muy lindas pedimos sus oraciones para que el amor y la llamada de
Jesús les mueva a responder con entrega gozosa, esperanzada y afianzadas
en la fe a Jesús como nos ilumina este año el lema de la Jornada
mundial de oración por las vocaciones.
Estamos viviendo
encuentros que fortalecen la fe, testimonios que enaltecen el espíritu y el
deseo de imitar y de compartir la misma vida y la misma suerte que compartieron
los hombres y mujeres que conocieron a Jesús de Nazaret como el maestro y el
amigo, compañero de camino y líder fiable; el hombre que se hacía entender por
todos, cuyos gestos y palabras terminaron por entusiasmar e inquietar en la
misma medida a cuantos lo rodeaban o lo seguían. Los textos pascuales se
suceden y, al mismo tiempo que la figura de Jesús, el crucificado, va dando
paso a la del Señor, el resucitado, la pequeña comunidad de hombres y mujeres
que formaban su círculo más íntimo, se va consolidando y ampliando. Ahí estamos
también nosotras y nosotros, bautizados con la fuerza del Espíritu, tratando de
absolver con el alma cada instante de la historia vivido por quienes nos
precedieron en la fe y en el verdadero testimonio de Jesucristo, para ser
también dignos/as de llevar su nombre y proclamar el Reino de Dios, dar la vida
por él.