domingo, 30 de enero de 2011

Dijo Dios a Moisés: He visto el dolor de mi pueblo y he decidido     bajar a liberarlo “( Ex3, 7)
El tema correspondiente al mes de febrero, como preparación a la jornada es la solidaridad como respuesta de todos aquel los que se sienten y viven arraigados en Jesucristo Redentor. Las sagradas escrituras nos recuerdan que Dios es el primer solidario con la humanidad.
 

Jesús nos invita a no pasar de largo ante el hermano herido al borde del camino, porque con la misma medida que midamos nos medirán: tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste.

La Iglesia nos invita a mirar nuestro mundo herido por el individualismo y por la necesidad de contruir un mundo menos frío y más humano:
 " Hoy quizás más que antes, los hombres se dan cuenta de tener un destino común que construir juntos, si se quiere evitar la catástrofe para todos. [...] El bien, al cual estamos llamados, y la felicidad a la que aspiramos no se obtienen sin el esfuerzo y el empeño de todos, sin excepción; con la consiguiente renuncia al propio egoísmo".
El carisma de las hermanas mercedarias de la caridad y de todos aquellos asociados a su espiritualidad nos empuja a vivir la caridad como servicio, en otra palabra, invita a ponernos al lado del que sufre.
El padre Zegrí nos dejó como legado un corazón sensible a las necesidades de los otros:

“La caridad no concluirá mientras haya un solo dolor que curar, una sola desgracia que consolar, una sola esperanza que derramar en los corazones ulcerados, mientras haya regiones lejanas que evangelizar, razas degradadas a quienes llevar los grandes beneficios de la civilización cristiana, sudores que verter y sangre que derramar para fecundizar las almas y engendrar la verdad en la tierra”

El mundo que hemos heredado sólo puede ser cambiado, si creemos en otro mundo posible según Dios y si cada uno y cada una pone su granito de arena para hacerlo posible.

Felices los que siguen al Señor por la senda del buen Samaritano.
Los que se atreven a andar tras sus pasos. A superar las dificultades del camino.
A vencer los cansancios de la marcha. Los que al andar van trazando sendas nuevas
para que otros sigan, entusiasmados, y continúen la obra del Señor.

Los que, atentos y presurosos, cambian su ruta para salir al encuentro
del Señor vivo en el que sufre, tan presente en estos tiempos,
tan cercano para algunos, para otros tan lejano.

Felices los que dan la vida por los demás. Los que trabajan duro por la justicia anhelada.
Los que construyen el Reino desde lugares remotos.
Los que, anónimos y sin primeras planas, entregan su vida para que otros vivan más y mejor.

ÁNIMO JÓVENES MERCEDARIOS, NOS ESTAMOS ACERCANDO AL MOMENTO DE VIVIR UNA EXPERIENCIA QUE SERA INOLVIDABLE PARA TODOS. SAN JUAN BOSCO MAESTRO DE LA JUVENTUD Y EL BEATO ZEGRI AMANTE DE LOS JÓVENES, LES INFUNDA EL ESPIRITU Y EL DINAMISMO QUE LES CARACTERIZÓ EN SUS VIDAS DE FE Y DE MISION.